El Barcelona tiene un mayor potencial. Sus jugadores son las máximas estrellas a nivel mundial. Sin embargo, para ganar este tipo de partidos, deberán sacar la personalidad necesaria.
La mayoría de las personas da como favorito a levantar el trofeo a los jugadores de Luis Enrique. Por más que el Sevilla viene de ganar la Europa League, los “culés” tienen más plantel y no sería raro que se quedaran con otro título.
Sin embargo, las finales de la Copa del Rey son a todo o nada. No pesa la localía, porque se juega en una cancha neutral. Son noventa minutos, por lo que si alguno se levantó mal, le da ventaja al adversario.
En los juegos definitorios, los futbolistas deben sacar un plus. Eso que hace falta para que la presión no se apodere de ellos. Podrán tener el talento o la mayor habilidad del mundo, pero esos encuentros son diferentes.
Es cierto que los integrantes del plantel blaugrana han dado muestra de carácter. Cuando parecía que el barco se hundía, lo sacaron a flote. A puro trabajo, garra y funcionamiento, revirtieron la situación y ganaron la Liga.
Sin embargo, del otro lado habrá una institución que se acostumbró a disputar duelos como este. Ha conseguido en forma consecutiva tres ediciones de la Europa League, por lo que a la plantilla sevillana no le pesarán los nervios.
Si el equipo puede manejar el temperamento, seguramente se impondrá ante su adversario. Si el compromiso y la obligación de ganar no los bloquea, el juego catalán será el protagonista.
Eso sí, más allá de todo, el resultado nadie lo puede asegurar. Pero, con el temperamento necesario para las finales, las chances se acercan mucho más a la consagración. Teniendo en cuenta las capacidades de los hombres azulgranas, sería un complemento casi imbatible.
A pocas horas de la final, la ansiedad ya debe estar jugando su papel. Por más que la mayoría sean experimentados, serán noventa minutos que se definirá el balance de la temporada. Como en otras ocasiones, el Barca deberá mostrar personalidad.