Messi, determinante

Con sus dos asistencias, una a Jordi Alba y la otra a Neymar, Leo Messi hizo que el Barcelona le ganara al Sevilla en el Vicente Calderón.

Muchas veces se lo suele criticar a Lionel Messi porque en las finales no juega como en otros partidos. Sin embargo, el domingo pasado volvió a desterrar otro mito. Con dos pinceladas, cambió el partido e hizo que los de Luis Enrique pudieran levantar otro trofeo.

A Leo se le pide que se tire al piso, que insulte o se pelee con los rivales. Pero a él eso no le nace. Se manifiesta de otra manera: con la pelota. Cuando la tiene, hace temblar a la defensa contraria. En el Vicente Calderón, le bastó con dos asistencias para modificar el desarrollo del partido.

En los momentos en que a la mayoría el balón les quema, él tuvo la tranquilidad de pensar y, en un segundo, dirigirla al pie del compañero. En primer lugar lo hizo con Jordi Alba, quien definió muy bien, y luego con Neymar Junior, que también estuvo efectivo.

Gracias a él, el Barca pudo ganar un partido que se había complicado demasiado. Es más, por la expulsión de Javier Mascherano, el diez tuvo que retrasarse y, de alguna manera, jugar incómodo. Sin embargo, cumplió con las órdenes del director técnico y apareció cuando tenía que hacerlo.

Primero le decían que no pateaba tiros libres. Practicó  después de los entrenamientos y se cansa de meter goles de esa forma. Después, que no se mostraba en las finales. Sobran los ejemplos de goles y asistencias en duelos decisivos. Por mencionar algunos, ante el Manchester United en Champions League, ante Estudiantes y River en el Mundial de Clubes y el otro día en Madrid.

No vale la pena detenerse en las críticas infundadas. Pero, sí sirve recalcar que Leo sigue demostrando quién es el mejor de todos. Con dos pases de maravilla, esos que se recordarán cuando deje de jugar al fútbol, hizo que todo el pueblo azulgrana pueda volver a festejar.

Imagen: Prensa FCB