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Mascherano no tiene precio

Mascherano no tiene precio

En los últimos días anda por los medios la versión de que para el FC Barcelona, Javier Mascherano no tiene precio, por cuanto no hay intención de transferirlo salvo que aparezca una oferta por 100 millones de euros como indica su cláusula de rescisión. Pero en verdad, ni el Barça ni Luis Enrique se plantean la salida del cuarto capitán, por su aporte a nivel de grupo y sobre el campo de juego, donde su versatilidad le permite jugar tanto de central como de mediocentro con la misma eficiencia, aún a disgusto.

Ni hablar de venta, Mascherano no tiene precio para el Barça

“Lo saben los dirigentes del club, el entrenador y mis compañeros –dijo Javier–. El último tiempo he padecido muchos problemas. Mi salida del Barcelona es un rumor, pero tampoco soy de aferrarme a nada. No sé si mi etapa en el club terminará ahora, en un año, dos o tres”. Estas expresiones de Mascherano ocurrieron hace unos días  en una entrevista a la cadena argentina TyC Sports.

En Barcelona se insiste que Javier Mascherano es un futbolista imprescindible para Luis Enrique, pero el defensor argentino estaría a la espera de una mejora contractual con el club para solucionar de manera definitiva su situación, y una reposición en el campo de juego de acuerdo a su preferencia (ver nota en BARCA HOY).

El “jefecito” es para el entrenador asturiano una pieza clave dentro del equipo, a quien le puede confiar diferentes aspectos tácticos y estratégicos.

Para Luis Enrique la consigna es clara: Ni hablar de venta, Mascherano no tiene precio. Hay una sensación de tranquilidad en el club porque hasta ahora no hay constancia de acuerdo con otra institución, aunque no se desconocen los “tanteos” del Juventus de Turín.

La mayor preocupación de la máxima dirigencia azulgrana está relacionada con los problemas judiciales de Javier con Hacienda de España, que puede incidir en futuras decisiones del defensa  y centrocampista argentino.

Hay una “guerra fría” declarada entre ambos bandos y mientras no se atiendan las diferencias entre las partes, que no solo son salariales sino también posicionales en cancha, seguirá existiendo. Lo que dicen en la mesa chica, es que el club está dispuesto a resolverla, pero con calma.