El juego del Barcelona se ha consolidado definitivamente. Por más que han variado los intérpretes y los entrenadores, la forma siempre es la misma.
Hace ya bastantes años, Pep Guardiola llegó al club y revolucionó el mundo “culé”. Con su idea, trabajo y talento, mejoró al equipo y le dio una marca que nunca más se borró. Tal es así que a lo largo de todo el mundo, muchísimos conjuntos quieren imitarlo.
Al hablar de la filosofía blaugrana, no hay que olvidarse de lo hecho por Johan Cruyff. El holandés patentó un estilo que gustó y logró la admiración de muchas personas. Al igual que cuando era jugador, el crack del fútbol enseñó mucho a sus dirigidos.
Con Guardiola se convirtió en costumbre que los defensores estén en la mitad de la cancha, que los mediocampistas y los atacantes ahoguen permanentemente la salida rival. Al adversario, de esta forma, el balón le dura muy poco.
Una vez que el Barca tiene el elemento, es muy difícil sacárselo. Tiene tan buen pie en sus jugadores y se trabaja tanto en las divisiones inferiores, que la técnica pesa más que las ganas de los contrincantes por robarla.
“Veo jugar al Barça y se me cae la baba. Me he dado cuenta de la calidad futbolística de nuestro equipo y, puedo decir, que el Barça está a otro nivel. Es el mejor equipo del mundo con diferencia y creo que el único que se le acerca es el Bayern de Pep”, explicó Xavi Hernández, uno de los que participó de esos maravillosos equipos.
La importancia de la forma queda reflejada cuando, en cualquier torneo del mundo, muchos clubes quieren hacer lo mismo. Los estados de los campos de juego y la calidad de los futbolistas muchas veces no lo permiten, pero el intento es un triunfo para el Barcelona.
El estilo blaugrana dio tanto éxito que no deberán cambiarlo. Pasaron muchos intérpretes y hasta líderes. Sin embargo, los éxitos y la marca registrada cada vez es mayor.