El defensor central del Barcelona se ha ganado los aplausos por su desempeño en la Eurocopa de Francia. A pesar que su equipo no haya avanzado a las instancias finales, su nivel ha sido muy bueno.
Seguramente, no hubiera sido fácil estar en los zapatos de Gerard Piqué. El defensor se puso la camiseta roja y fue insultado por sus propios hinchas. Por cuestiones políticas, fue muy castigado tanto por la prensa como por los aficionados de la selección. Sin embargo, callado y sereno, ha cambiado las reprobaciones por las felicitaciones.
El referente del Barcelona demostró mucha personalidad al escuchar lo que le gritaban y jugar de la mejor manera. Nada le importó, sólo brindar lo suyo para el equipo. Con ese pensamiento, logró que los que lo criticaban tuvieran que hacer silencio, para que los silbidos se hicieran a un lado.
Sin dudas, su gol a la República Checa al último minuto ayudó mucho. Le dio el tanto a los de Vicente Del Bosque y la primera, y fundamental, victoria en la competencia continental. Pero, además, a lo largo de todo el campeonato ha tenido un nivel altísimo, como para que nadie pueda dejar de mencionarlo.
Asimismo, el defensa ha mostrado una gran muestra de madurez al hablar con los micrófonos. Con todos los periodistas intentando sacarlo y preguntándole por las cuestiones sobre España y Catalunya, siempre ha respondido de la manera más sana. Lejos de los escándalos, cerca del fútbol.
A lo largo de la Eurocopa mostró entrega y sacrificio. No se guardó nada en los noventa minutos de cada partido. Lo vive haciendo en el Barcelona, pero siempre es bueno recalcarlo. Luego, tras la derrota, no tuvo temor en realizar una fuerte autocrítica y hasta pedir disculpas por la eliminación.
En su club y en su vestuario, es un líder indiscutible. En la selección, con mucha gente en contra, también dio argumentos para pensarlo de esa manera. Seguramente, seguirá teniendo críticas, porque es algo inevitable. Pero, con lo hecho en Francia, logró algo importante: cambiar los silbidos por el reconocimiento.