El delantero uruguayo empezó a romper redes. En el amistoso contra el Leicester jugó unos minutos, pero fue protagonista por algo: Suárez volvió al gol.
Ya es costumbre: Suárez volvió al gol
Los buenos delanteros nunca se olvidan de lo que mejor saben hacer. Por más que pasen muchos encuentros sin jugar, cuando se vuelven a ver con la pelota y el arquero, no dudan. El uruguayo comenzó a festejar y promete hacerlo durante toda la temporada.
Los amistosos sirven para que los futbolistas tomen ritmo. Además, se transforman en buenas oportunidades para afianzar el funcionamiento colectivo y evitar errores individuales. El director técnico, en su tranquilidad, seguramente toma los apuntes necesarios.
Luis Enrique debe estar más que confiado. Arriba tiene a tres monstruos. Uno de ellos es Luis Suárez, el hombre gol. La temporada anterior ha sido el Pichichi y la Bota de Oro. En esta, todo parece indicar que será igual.
El número nueve jugó unos minutos ante el campeón inglés. Le bastó para reencontrarse con la alegría y el festejo. Tras la lesión y la frustración en la Copa América Centenario, Lucho se mostró como siempre.
Tras una serie de rebotes, y llevándose la pelota a la rastra, el Toro metió un caño y continuó con el balón. Dentro del área, con los ojos bien abiertos, definió y dejó sin chances al portero Zieler, que tuvo que lamentarse por el parcial 2 a 0 del Barcelona.
Fue una jugada característica de él. Luchar, pelear y no darse por vencido son rasgos del atacante culé. Pero, además, eso debe mezclarse con mucha técnica y habilidad. Asimismo, no hay que olvidarse de la efectividad: donde tiene un lugar, la manda adentro.
Los hinchas azulgranas se sintieron a gusto viendo a uno de sus ídolos. Suárez volvió al gol y volvió a hacer delirar a todo el pueblo culé. De esta forma, genera la ilusión del director técnico, de sus compañeros y de toda la afición que siempre lo apoyó.