El primer encuentro de la final de la Supercopa de España fue victoria azulgrana. El equipo catalán se impuso como visitante en el Pizjuán gracias a los goles de Luis Suárez y Munir que los dejó muy bien perfilados para llevarse el título.
Al equipo de Sampaoli no le alcanzó con su ímpetu para frenar a un Barça que aguantó bastante bien el diseño físico que proponía el Sevilla. Los hispalenses apretaron en todos los sectores, en particular durante la primera parte, con una presión agobiante, aunque insuficiente.
El pistolero se ocupa del primero de los goles
A la media hora de partido, el Barça ya había perdido a dos futbolistas por lesión. Mathieu se lastimó solo el bíceps femoral. Iniesta, en cambio, salió golpeado de un choque con Mariano. No se libró tampoco el Sevilla de las lesiones puesto que Escudero se retiró al comienzo de la segunda parte abriendo una brecha por la que pasarían los goles del Barcelona.
Los cambios mejoraron al equipo. Digne dio una seguridad defensiva superior a la de Mathieu, mientras que Denis Suárez fabricó la jugada del primer tanto culé. El gallego puso un balón en el área que Arda bajó con el pecho y Luis Suárez lo mandó a la red.
Munir marcó el segundo
Luis Enrique también estuvo acertado con el tercer cambio. Decidió retirar a Arda que había jugado un partido excepcional y lo reemplazó con Munir. El madrileño respondió marcando el segundo de los goles. Y aunque la contratación del cuarto delantero parece ya inevitable, lo cierto es que el canterano azulgrana ha puesto en el dilema al entrenador. Finalmente lo ha llenado de dudas.
No obstante, el joven recibió un pase al hueso enviado por Leo Messi que había cruzado el medio campo con la pelota dominada. Lo puso con un toque de magia de cara al arco y Munir facturó sin dudar y festejó con unas ganas que contagiaron a los pocos aficionados culés en el Pizjuán y a todos los que lo seguían por televisión.