El crack del Barca pudo cumplir su sueño y quedarse con el primer puesto en los Juegos Olímpicos de Río 2016: Neymar es de oro.
Brasil festeja: Neymar es de oro
Los Juegos Olímpicos organizados por Brasil no habían comenzado de la mejor manera para Neymar. El funcionamiento del equipo no estaba aceitado y no podían ganar. Los dos primeros encuentros, ante rivales débiles, fueron empates.
La gente se lo hizo sentir. Los silbidos, las criticas y los cuestionamientos se hicieron presentes y todo recayó en el número diez. El crack pudo aguantar la presión y tomó como propia la responsabilidad.
De esa manera, llevó a su equipo a la gloria. Hizo oídos sordos a lo que se hablaba en la prensa y lo que cantaba la hinchada. Su magia fue en aumento y los protagonistas fueron los goles y los lujos. Brasil, de a poco, se metió en una final olímpica.
Enfrente tuvo un rival difícil y con historia. El duelo con Alemania obligaba a pensar en el pasado, cuando los teutones no tuvieron piedad ante los brasileños y lo golearon 7 a 1, en el Mundial que ellos mismos organizaron.
Se suele decir que el fútbol da revancha y Brasil la tuvo. También la tuvo Neymar, que metió un golazo de tiro libre y definió la serie de penales con mucha tranquilidad. Anotó la última conquista desde los doce pasos y salió a festejar el título.
El talentoso jugador del Barcelona no pudo ocultar su emoción. Una vez que la pelota tocó la red, las lágrimas ocuparon toda su cara. Se tiró al piso y sus compañeros lo abrazaban, agradeciéndole por todo lo que había hecho por ellos.
El público brasileño lo ovacionó. Fue el capitán y el referente. Prefirió ser parte de los Juegos Olímpicos y ganar algo ante sus compatriotas, que estaban necesitados de algún campeonato futbolístico.
Neymar Junior se merece lo que obtuvo. Soportó las broncas y los insultos hacia su persona y los cambió por aplausos y ovaciones. Se sacó un peso en su mochila y se bañó de oro.