La Crisis de Neymar Confesada entre Compañeros del Barça

Críticas despiadadas, silbidos en el Camp Nou, Neymar no la está pasando bien. Se ha confesado con el círculo más íntimo de compañeros dentro del vestuario.

Sensibilidad interior

Neymar da Silva Santos Júnior está preocupado por su rendimiento profesional en las últimas semanas. Esto no solo se ve desde afuera, sino que el mismo jugador se ha manifestado en su círculo íntimo en el vestuario del FC Barcelona. Habló de bloqueo mental, de no encontrar la forma de torcer la dinámica negativa de su juego, siente que no se reconoce en el jugador de los  últimos partidos.

Para peor se ha generado sobre su persona un clima de animadversión, manifiesto en las gradas y en los medios de prensa. Mucha presión que termina teniendo influencia directa sobre su juego; es un futbolista profesional, pero también un joven de 24 años. En condiciones objetivas, está lejos de su tierra y muchas veces solo, de toda soledad, sin su familia y con pocos amigos. Entonces la estrella brasileña sufre sus peores días desde que integra la escuadra del FC Barcelona.

Un mensaje simbólico de sus compañeros se vio claramente cuando Leo Messi le cediera los tres penaltis en el último Barça-Sporting. Mensaje que Neymar desestimó delegándoselos a Luis Suárez en los dos primeros lanzamientos, pero que asumió con el tercero porque necesitaba convertir un gol y buscar algo de paz consigo mismo.

Para peor, fue cazado por un fotógrafo durante su día libre, saliendo de una popular discoteca de la capital inglesa, de la que a pesar de intentarlo, no logró pasar inadvertido. A decir verdad, el ‘Daily Mail’ publicó varias fotos del futbolista, que aparecía intentando disimularse con una gorra.

No todos han entendido que en su tiempo libre tiene todo el derecho de hacer lo que quiera, de concurrir a donde le plazca, de encontrarse con quien lo considere, de decidir si quiere ser o no una persona “políticamente correcta”. Claro, si esto luego pone en discusión su rendimiento, lo que debe mostrar en la cancha, ni la prensa ni la tribuna parecen tener una paciencia infinita, que acaso pudiera evitar que afecte la sensibilidad del crack brasileño.