Todavía hay objetivos que entusiasman

Objetivos que entusiasman

Recuperándose de la tristeza por partir prematuramente de las semifinales de la Champions, quedan objetivos valiosos para el equipo como el de conseguir su séptimo doblete en la historia.

El doblete no es un tema menor

El Barça está a solo tres partidos de volver a hacer historia, y no es mirar solo la mitad llena del vaso. El ambiente pesimista que se cierne entre los aficionados culés, acostumbrada en los últimos años más al caviar que al puchero, no permite observar que a veces se compite y se pierde, mal acostumbrados a jugar y ganar, lo de la Champions League es hoy un árbol que tapa el bosque.

A los de Luis Enrique que lideran la Liga de manera ajustada,  le quedan tres encuentros para ganarla por segundo año consecutivo compitiendo contra el Real Madrid y el Atlético que están en instancias finales, con doble competencia. Por otro lado el Barça se ha plantado naturalmente en la final de la Copa del Rey, donde se enfrentará al Sevilla, un rival siempre difícil. La chance del doblete está al alcance de la mano.

¿Se hace historia ganando Copa y Liga?

Todo hace pensar que un club que tiene más de 100 años de antigüedad, que solo se ha conseguido ganar los dos títulos nacionales en una misma temporada en 6 ocasiones, cada vez que lo logra es hacer historia. Además, para los aficionados a las estadísticas, Barcelona es el equipo español que más veces lo ha conseguido, y está a tres pasos de volverlo a hacer, dependiendo de si mismo, nada más y nada menos.

Consuelo

Después de dos años la afición Culé vio a su equipo eliminado de una de las grandes competiciones, es triste, si, pero es la vida. Prensa y afición parecen encontrar un pozo negro que no admite la existencia de otros, como si se pretendiese que la Liga es Barcelona y 19 partenaires, que juegan por nada. Ni Luis Enrique que logró el triplete, ni una década de triunfos que colocan a la escuela barcelonesa como la mejor del mundo parecen consuelo.

Barça es un equipo como para sentirse orgulloso, aun perdiendo lo que queda por jugar.