El Barcelona se quedó con un triunfo que vale oro. Sabía que habían ganado el Atlético y el Madrid, pero no le afectó. En el Benito Villamarín, se hizo fuerte y en ningún momento puso en riesgo los tres puntos, que lo dejan en el primer puesto del torneo español. Fue superior a su rival, mereció el festejo y, con goles de Rakitic y Suárez, se acerca aún más al sueño.
En el comienzo, el conjunto verdiblanco decidió esperar a los de Luis Enrique en su propio campo. Le cedió la pelota y esperó algún contraataque para lastimar a Claudio Bravo. Sin embargo, el protagonista especial fue el equipo culé, que se calzó el traje de candidato y tuvo una muestra de carácter.
El desarrollo del juego cambió definitivamente cuando el defensor central local, Heiko Westermann, llegó a destiempo en un intento de quite a Iván Rakitic y recibió la segunda amarilla. Dejó a sus compañeros con diez y el panorama favorable para los blaugaranas.
Los aficionados del Betis se quejaron por una plancha de Gerard Piqué, que bien pudo haber sido interpretado como agresión. Sin embargo, Mateu Lahoz lo amonestó y lo dejó en cancha.
El Barca no sólo aprovechó la medida del árbitro del encuentro. En una desatención entre Germán Pezzella y el arquero Adán, el balón le quedó a Rakitic, que sólo tuvo que empujarla. De esta forma, los culés se pusieron en ventaja y ya preparaban el festejo.
A partir de allí, no quedó otra cosa que controlar el partido. Con Iniesta como eje del manejo de pelota, la movió y esperó a que pasaran los minutos. Gracias a esto, nunca sufrió peligro en el acto de Claudio Bravo, que luego tuvo que ser sustituido por Ter Stegen por una molestia física.
En la noche de Sevilla hubo tiempo para un festejo más. Luis Suárez sumó otra conquista en su pelea con Cristiano Ronaldo para saber quién será el pichichi del campeonato. Aunque había tenido una, en esta no falló y gritó el segundo gol de su equipo.
Los de Luis Enrique cumplieron la misión. Si bien no brillaron, debían traerse los tres puntos del Benito Villamarín y lo hicieron. Ahora, sólo quedna dos pasos para el máximo festejo: quedarse con la Liga.