El arco del Barcelona lo comparten dos arqueros de lujo. En la Liga suele atajar Claudio Bravo, mientras que la Champions League y la Copa del Rey lo tuvo como protagonista a Ter Stegen. Por la lesión del chileno, el alemán tiene la posibilidad y la responsabilidad de rendir en las últimas fechas del campeonato.
El sábado, en la victoria del Barca ante el Real Betis en el estadio Benito Villamarín, el portero ganador de la última edición de la Copa América tuvo que abandonar el campo de juego por una molestia física. Luego, se confirmó que el dolor estaba en el gemelo derecho y se teme que, por este semestre, no pueda ser parte de los compromisos finales.
Semanas atrás, el teutón había manifestado que necesitaba más continuidad. Si no lo conseguía, tenía en mente abandonar la institución “culé”, para buscar un destino con más participación. Sin embargo, ahora tendrá su chance y no deberá desaprovecharla.
Muy pocos dudan sobre las condiciones del portero europeo. Es más, si se revisa su currículum, se encontrará que ha sido parte de muchas finales. De los últimos cinco duelos definitorios, Ter Stegen disputó cuatro: tres festejos y una caída.
Los choques ante el Espanyol y al Granada tienen aroma a final. Si el Barcelona vence en ambas ocasiones, será inevitable la alegría blaugrana. Aunque sus rivales se queden con los seis puntos que hay en juego, el trofeo se quedará en la ciudad catalana.
Al no tener al chileno, no asusta que el cuidado del arco esté en manos de un hombre que tiene tantas finales en su pecho. Desde la prensa española lo han denominado “el portero de las finales”, por lo que no hay que sospechar de su experiencia ni de su personalidad para afrontar lo que queda.
Un buen equipo se hace de grandes nombres, pero también de funcionamiento. Cuando se quita una pieza, es importante que, al poner otra, no cambie el rendimiento. Parece que eso pasará cuando Ter Stegen cuide el cero de los de Luis Enrique, para acercar a la insitución hacia otro logro más.