El Barcelona no tiene otra cosa en la cabeza. Debe ganar ante el Espanyol y ante el Granada, para consagrarse como el mejor equipo de la Liga. En el entrenamiento de hoy, los jugadores “culés” practicaron con las vistas en el próximo compromiso definitorio.
La jornada tuvo la particularidad de que, otra vez, participó normalmente Jeremy Mathieu, que se encuentra en plena recuperación de su rodilla. El que no pudo estar fue el chileno Claudio Bravo, que salió en la última presentación del conjunto blaugrana por una molestia en su gemelo derecho.
Por la semana sin competición en la Champions League, nuevamente Luis Enrique le dio a sus jugadores mucho descanso. No entrenaron ni domingo ni lunes, siendo hoy la primera mañana pensando en el duelo liguista.
Si no sucede nada extraordinario, la formación del equipo no tendrá sorpresas. La única sustitución será el alemán Ter Stegen por el sudamericano Claudio Bravo, mientras que el resto serán los mismos que vencieron al Real Betis en el estadio Benito Villamarín.
De esta manera, los once que el director técnico pondrá en cancha en el Camp Nou será: Ter Stegen; Alves, Piqué, Mascherano, Jordi Alba; Busquets, Rakitic, Iniesta; Messi, Neymar, Suárez.
Más allá de que tiene que mejorar en el funcionamiento general, lo más importante es quedarse con los tres puntos. La victoria significará seguir en la cima y estar a tan sólo un paso del festejo definitivo .
Por disposición del Comité Técnico de Árbitros, el juez del encuentro “clásico” será Gil Manzano, que tendrá que estar muy atento porque será el centro de atención de todos, más en esta Liga que permanece bajo sospecha.
En esta temporada, el derby de Barcelona ya tuvo tres presentaciones, una por el campeonato español y otro por la Copa del Rey. Todas se caracterizaron por su intensidad, sus patadas y sus protestas.
Sin dudas, el más importante se jugará el domingo y promete tener todos los condimentos para ser un choque memorable. Los “Periquitos” intentarán ahogarle el festejo a los blaugranas, quienes van a hacer todo lo posible para comenzar la alegría contra su rival más cercano.