Luis Enrique no quiere ninguna polémica. Lo único que desea es quedarse con los tres puntos en el derby de la ciudad y, de esta manera, acariciar la tan ansiada consagración en la Liga. Por eso, en conferencia de prensa, declaró: “No recuerdo nada del Tamudazo”.
“No recuerdo nada de hace cuatro semanas, imagínate eso. No sé ni cuándo fue y no me interesa lo más mínimo”, agregó. El entrenador sabe que lo extrafutbolistico perjudicará a su equipo, por lo que no busca llegar al clásico sin más discusiones por los medios.
Los duelos anteriores entre el Barca y el Perico han sido muy calientes. Con mucha pierna fuerte, intensidad y peleas, han sido más luchados que jugados. A priori, el director técnico azulgrana planteará un juego muy lejos a esa situación.
“Hablar de aquellos partidos no tiene ya ningún interés. Son derbys y suelen estar más pasados de tono que lo normal, pero espero que nos centremos en lo futbolístico y que eso quede en segundo o tercer plano, pero ya sabemos la tensión que hay. Espero gran ambiente y apoyo de los culés”, comentó al respecto.
Sus dirigidos han tenido mermas en el nivel de juego. Luego de una gran competencia general, la han puesto en peligro después de una mala racha. Sin embargo, pudieron mejorar y cortar esa seguidilla, salvando la oportunidad de obtener el campeonato.
Sobre el análisis del funcionamiento de su equipo expresó: “Claro que hacemos análisis profundo de lo que pasa. No hay una respuesta y una solución a todos los problemas. Se han visto cosas a mejorar para acercarnos a lo que queremos. Aún mejorando esos aspectos, el fútbol es tan caprichoso que en un partido como el del Valencia, siendo superiores, pierdes”.
Al Barcelona le restan dos escalones para llegar al objetivo. Primero, el derby; luego, la visita a Las Carmenes. Sobre cuál enfrentamiento genera más riesgo, Luis Enrique respondió: “Sólo me interesa el partido de mañana. Ya habrá tiempo para pensar en ese partido la semana que viene. Intentaremos ganar nuestros puntos”.
Ya llegó la hora de la verdad. Las palabras quedarán a un lado cuando mañana ruede la pelota en el Camp Nou.