Después de la pequeña racha negativa, el Barca fue una verdadera máquina. Una de las claves del éxito fue la defensa y el arquero, que sostuvieron el cero en los últimos cinco juegos.
Con una delantera de la talla de la conexión MSN, la defensa necesita ser sólida. Como la mayoría de los jugadores son ofensivos, no sorprende que un equipo pueda quedar mal parado. Nada de eso pasó en el conjunto “culé”. En el momento necesario, el aspecto defensivo funcionó de maravilla.
Luego de la caída ante el Valencia, los rumores aparecieron por todos lados. Muchos se animaban a dar por muertos a los de Luis Enrique. Pero, en la situación más adversa, el grupo sacó “chapa” y revirtió la realidad.
Los cinco encuentros que siguieron fueron goleadas. Además, el arquero blaugrana nunca tuvo que ir a buscar la pelota adentro. Un festival adelante y un cerrojo abajo. De esa forma, los “culés” alejaron todos los fantasmas, ganaron cada duelo que se les presentó y obtuvieron la Liga.
Victoria ante Deportivo La Coruña 8 a 0; goleada frente al Sporting de Guijón por 6 a 0; triunfo versus Betis 2 a 0; festejo en el derby 5 a 0 y alegría total en el 3 a 0 contra el Granada. La característica en común fue la gran capacidad goleadora del equipo y la seguridad en el arco azul y rojo.
Jordi Alba, Gerard Piqué, Javier Mascherano y Dani Alves eran los nombres que salieron de memoria. En la portería, la situación fue otra. Siempre estuvo el debate de quién tenía que atajar, si Claudio Bravo o Ter Stegen. El director técnico decidió que el primero lo hiciera en el campeonato español y el segundo en las Copas.
Ante la lesión del chileno, el alemán cumplió de manera fantástica. Es cierto que no tuvo mucho trabajo, pero respondió bien a las pocas llegadas que el adversario proponía. Muestra de carácter, porque no era fácil ponerse el buzo en esas condiciones.
En la próxima temporada, el Barca podrá incorporar otros jugadores. Luis Enrique sabe muy bien que para que alguien le saque el puesto a otro tendrá que ser más que de primer nivel.