Tras conseguir el título en Granada, el plantel del Barcelona desfiló cerca de la gente. Alegría total luego de haber conseguido otra Liga.
En las calles de Barcelona, todo fue fiesta, sonrisas y cantos. El pueblo “culé” salió a recibir a los campeones, agradeciéndoles por conquistar otra Liga. Los jugadores, saltando y festejando, le mostraron la copa a los suyos.
Era necesario un encuentro entre los aficionados y los futbolistas. Junto al cuerpo técnico, los médicos y todos los empleados de la institución, fueron los responsables de la victoria final. Por eso, una celebración conjunta era lo que debía suceder.
Al principio se dudaba del evento. Las participaciones del Gran Premio de Fórmula 1 y el recital de Bruce Springsteen amenazaban con la suspensión. Sin embargo, la dirigencia catalana decidió que la plantilla desfilara en un micro descapotable ante su público.
Todo fue buena energía. Gerard Piqué, con sus bailes, fue el que más se destacó. Casi todos se sacaron “selfies” y las subieron a las redes sociales. Camisetas, banderas y elementos de percusión acompañaron el lento paso del colectivo.
El micro estaba pintado de color azul, con la leyenda de “Campions”, junto al escudo de la institución. Los jugadores, todos vestidos de remeras azules y rojas, cantaron al compás de la gente. Algunos reboleaban bufandas o buzos, mientras que otros continuaban con las fotografías.
Fue una Liga muy trabajada. Costó demasiado. Quizás, más de lo previsto. Cuando todo parecía fácil y encaminado, una pequeña racha llenó de dudas al equipo. De todas maneras, el pueblo blaugrana, que este domingo mostró nada más que alegría, acompañó en todo momento.
Es cierto que, más allá del festejo, el plantel no debe descuidar el próximo objetivo cercano: la final ante el Sevilla por la Copa del Rey. Será un duelo apasionante y significa un título más en la rica historia del club. Por eso, la fiesta debe quedar a un lado y volverá la obligación de concentrarse para poder ganar de nuevo.
Imagen: Departamento de Prensa FC Barcelona