Como lo hicieron en la Liga, el plantel de Barcelona se juntó a almorzar y se juró ganar la Copa del Rey. La plantilla aún está motivada para seguir festejando.
La unión del grupo es un factor positivo a la hora de las posibilidades de triunfo. En el Barcelona eso está claro y se refleja cuando entran a la cancha. Sus jugadores se entienden de la mejor manera y se ayudan el uno al otro.
Para reafirmar aún más el vestuario, Luis Enrique decidió organizar un almuerzo en la Ciudad Deportiva de Sant Joan Despí de cara a la final de la Copa del Rey que se jugará este domingo ante el Sevilla en Madrid. Luego del entrenamiento, disfrutaron de una comida y se los notó muy distendidos.
El pasado 27 de abril hicieron lo propio en un restaurante de Can Ferran, antes de disputar los juegos definitorios de la Liga. Luego de una pequeña racha negativa, los futbolistas se prometieron dejarlo todo para poder darle una alegría a la institución.
Dio resultado. Y lo que tuvo una culminación exitosa se debe repetir. Por eso, al director técnico se le ocurrió esta idea para que el trofeo en disputa quede en manos azules y rojas.
Además, el actual entrenador “culé” ya lo había realizado antes de un importante derby frente al Real Madrid. En esa ocasión, llevó a los jugadores con sus respectivas familias y pasaron un día de relajación en Port Aventura. La consecuencia: goleada 4 a 0 ante el rival de toda la vida.
Lo que busca el Barca no es nada fácil. Si logra ganar en el Estadio Vicente Calderón, se consagrará por duplicado. Esto sólo lo consiguió seis veces a lo largo de toda la historia del club, por lo que no es un objetivo sencillo.
En momentos definitorios, las costumbres no se cambian. Todo lo que pueda ayudar a una victoria el próximo domingo, servirá y mucho. Esta comida de distracción, será parte del plan del cuerpo técnico: festejar el doblete.